Patrimonio Cultural

IGLESIA SAN PEDRO Y SAN PABLO

Siglo XVIII, fue construida sobre los restos de una antigua mezquita. Presenta una planta de cruz latina con tres naves, destacando la bóveda de crucero ovalada. La capilla que se encuentra bajo la torre conserva su estilo gótico tradicional. Recibió el nombre de San Pedro y San Pablo para conmemorar la conquista de Quesada acaecida el 29 de junio de 1.310, fecha de la festividad de estos dos apóstoles.

Calles que enamoran

TORREÓN DEL INFANTE DON ENRIQUE

La Atalaya del Infante don Enrique es un vestigio histórico de gran relevancia junto con el  Castillo de Peña Negra. Se trata de una torre cilíndrica del siglo XIV de mampostería regular y sillarejo, cuerpo inferior macizo y puerta de entrada en alto; situada a una altitud de 1.183 metros, en el Puerto de Tíscar. Obra de estilo gótico cuya misión era vigilar el movimiento de las tropas en el camino del reino Nazarí de Granada en la época de la reconquista. Fue Mandada a construir por el infante Don Enrique, hijo de Fernando III El Santo hacia el siglo XIII.

TÍSCAR SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA

Tíscar es uno de los enclaves turísticos más importantes de Quesada, por diversas razones como son tradición, historia, naturaleza y devoción. Situado entre dos montañas e inserto en un entorno de pinos, rocas y olivares, con abundantes cursos de agua que han esculpido el paisaje.

El Santuario es, sin duda, una perfecta adaptación entre hombre y naturaleza; enclavado entre Peña Negra y el Cerro del Caballo cierra el paso natural entre ambas montañas, hoy abierto por un túnel. En el Santuario permanece la Virgen que también lleva su nombre, Nuestra Señora de Tíscar, patrona de Quesada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CASTILLO DE TÍSCAR

Conserva restos cristianos (s.XIV). Pero en otro tiempo se levantó un importante Castillo árabe, que servía como punto de referencia y control en todo el territorio.

 

 

VILLA ROMANA DE BRUÑEL

Quesada cuenta con restos romanos del S. II a.C.: un conjunto de gran relevancia, la villa de Bruñel, magnífico testimonio arquitectónico, ligado a los mosaicos. Se descubrió en 1.924 como claro exponente del paso de los romanos por las tierras del Valle del Guadalquivir. 

Bruñel se concibió como una villa residencia, frente a la sierra de Quesada, ligada a la explotación agraria.